Lo mas importante a la hora de salir a rodar es nuestra seguridad, nadie quiere sufrir una caída y menos por culpa de nuestros frenos. Si al frenar la bicicleta sentimos que las pastillas hacen un poco más de ruido de lo normal o sentimos que empieza a frenar menos, seguramente las pastillas de freno estén gastadas y necesiten un cambio.
Para prevenir daños irreversibles en el sistema de frenado debemos al menos una vez al mes revisar las pastillas de freno (esto depende del uso que le demos a nuestra bicicleta).
Si nuestro sistema de freno tiene un pasador común tenemos que enderezarle la punta para poder retirarlo.
Luego quitamos las pastillas y el resorte prensor y ahí vamos a poder ver que tan desgastadas las tenemos.
Los pistones se mueven gradualmente dependiendo el desgaste de las pastillas, para devolverlos al lugar, con un destornillador plano (nunca utilizar algo afilado) debemos hacer presión sobre los pistones hasta que vuelvan a su posición original teniendo la precaución de no torcerlos.
Ya que lo tenemos desarmado aprovechamos a darle limpieza, para eso nos ayudamos con un cotonete y un poco de alcohol, limpiamos toda la zona interna de las mordazas incluyendo los pistones.
Para colocar las nuevas pastillas, lo que vamos hacer es el procedimiento inverso que cuando las sacamos. Es importante evitar tocar las pastillas con las manos para no contaminarlas.
Colocamos las pastillas en el resorte prensor, luego en las mordazas y por último pasamos el pasador que funciona de seguro, recordando torcer la punta para que no se salga.
Por último, solo queda colocar la rueda y verificar que el mecanismo quedo funcionando correctamente.
El cambio de pastillas de freno de nuestra bicicleta parece una tarea difícil de hacer, pero en realidad es un proceso muy censillo y que requiere poco tiempo.
Herramientas a utilizar:
- Desenllantadores
- Parches
- Pegamento
- Lija (puede ser papel o las lijas que vienen en el kit)
- Inflador
